La concesión de la hidroeléctrica Futaleufú vence en junio y Chubut enfrenta la desidia política que impide aprovechar este recurso estratégico. Paradójicamente, el Parque Nacional Los Alerces, que alberga al complejo hidroeléctrico, está en un estado calamitoso por falta de recursos económicos, amén de la paupérrima y vergonzante administración del actual intendente.
El silencio que grita
El 15 de junio vence la concesión del Complejo Hidroeléctrico Futaleufú, una de las obras energéticas más importantes de la Patagonia, y ni el gobierno nacional, ni el provincial de Chubut -liderado por Ignacio «Nacho» Torres- han definido su futuro. Mientras tanto, el Parque Nacional Los Alerces, donde se ubica la represa, languidece en el abandono: infraestructura obsoleta, servicios deficientes y una gestión que no aprovecha su potencial turístico internacional.
Un recurso estratégico, mal gestionado
La represa, construida entre 1971 y 1976, ha sido explotada por la empresa Hidroeléctrica Futaleufú S.A. desde 1995, bajo una concesión de 30 años que expira en muy poco tiempo. A pesar de la proximidad de esta fecha, no existe una estrategia clara sobre el futuro de la explotación, lo que evidencia una preocupante falta de previsión y compromiso por parte de las autoridades. Hasta el momento, no ha generado ningún beneficio a las comunidades aledañas y mucho menos al Parque Nacional Los Alerces, que es el principal afectado y el principal desatendido.
Las tarifas eléctricas en la zona se encuentran entre las más caras del país, aunque parte de ello es consecuencia de los abusos sindicales que imponen privilegios jamás vistos en otros gremios, que son impagables y que inflan exponencialmente las tarifas eléctricas de los consumidores. A ello, los diferentes gobiernos tampoco le han puesto un freno, permitiendo la destrucción del futuro de la economía regional por los altos costos fijos que implica cualquier inversión, a solo beneficio de los gordos sindicalistas que viven del sobreprecio de las tarifas.
El conflicto de la hidroeléctrica es triple:
Jurisdicción: La represa es obra del Estado nacional, pero está en territorio provincial y dentro de un parque nacional, es decir, en jurisdicción nacional.
Regalías: Los municipios y la provincia siempre quisieron beneficios económicos, pero sin destinar fondos al mantenimiento del parque. Esquel y Trevelin se pelean por adueñarse de futuras regalías, pretendiendo desconocer que el PNLA es una jurisdicción totalmente independiente a esos municipios. Tampoco hacen culto a la buena administración de los recursos que ya tienen, por lo que quieren más dinero para seguir administrándolo de manera deplorable. La provincia no escapa de ese análisis tampoco. Un ejemplo de ello son $150.000.000 que teóricamente se enviaron para paliar cuestiones relativas a los incendios de 2023 y nadie sabe a dónde fueron a parar; independientemente de la superpoblación de ñoquis y compras sobrevaluadas…
Turismo abandonado: Los Alerces podría ser un imán de divisas —como lo son los parques en EE.UU. o Canadá—, pero, a pesar de sobrar recursos, carece de políticas de desarrollo. Dejar pasar la oportunidad de invertir regalías hidroeléctricas en infraestructura dentro del PNLA para el desarrollo regional de la industria turística, es una muestra del nivel de imbecilidad e incompetencia de los políticos actuales y anteriores.
La deuda con la naturaleza y la economía
La construcción de Futaleufú alteró para siempre el ecosistema, destruyendo a un bosque nativo que no se replica en ninguna otra parte del planeta, y por nuestra humillante ignorancia no valoramos. Pero las regalías no se tradujeron en mejoras para el parque. Hoy, sus senderos, centros de visitantes y líneas eléctricas están en estado calamitoso. La falta de un servicio eléctrico de calidad limita las inversiones e impide el desarrollo de toda una región con un potencial infinito.
El servicio eléctrico en el Parque Nacional Los Alerces: Torres se lava las manos.
Mientras el gobernador Torres hace anuncios faraónicos sobre la supuesta creación de una empresa energética provincial, ni siquiera puede administrar el servicio de energía eléctrica del Parque Nacional, que depende de Servicios Públicos de la provincia, al igual que las comunidades al norte del PNLA. Tampoco dice de dónde piensa sacar los fondos para la creación de tal empresa, ya que ni siquiera se reparan las escuelas que no funcionan por falta de gas. En el PNLA el estado de la línea eléctrica es paupérrimo, y está literalmente destruida, parchada y remendada por donde se la mire. No tiene ningún tipo de mantenimiento y depende de los pobladores del PNLA la reparación de los postes y líneas que se caen frecuentemente. Los cortes energéticos en plena temporada turística ya son un clásico, muy duraderos, y al gobernador ni a ningún funcionario le importa, a pesar de la enorme cantidad de reclamos escritos y denuncias penales a funcionarios por negligencia.

Los postes están literalmente podridos y muchos de ellos entablillados, reforzados de forma casera por los pobladores para mantenerlos en pie. Otros están muy por debajo de la altura normal y reglamentaria debido a que, como no se los reemplaza, hay que cortarles la parte inferior podrida y volverlos a enterrar, resultando en una menor altura del tendido eléctrico.

El tendido eléctrico atraviesa el bosque nativo, generando cortocircuitos constantemente y principios de incendios. Con solo ver las ramas quemadas por estar en contacto con la línea eléctrica, se puede evidenciar el peligro que ello significa y la desidia del gobierno en solucionarlo. Como frutilla del postre, la incompetencia asombrosa del intendente del PNLA lo llevó a hacer cortes masivos de vegetación debajo de las líneas de media tensión, a la vera de la ruta 71, dejando vastos cúmulos de ramas secas listas para incendiarse, en plena época de incendios y aún no fueron recolectadas… y todavía sigue en el cargo.
¿Qué sigue?
Mientras Chubut debate su crisis fiscal, desperdicia la oportunidad de:
*Negociar regalías justas para convertir Los Alerces en un parque ejemplar.
*Exigir a la próxima concesionaria inversiones en infraestructura para el desarrollo de la industria turística.
*Fortalecer la participación estatal para evitar que la energía generada beneficie sólo a Aluar.
*Que las comunidades aledañas al complejo hidroeléctrico tengan tarifas eléctricas muy por debajo de la media nacional, para palpar al menos algún beneficio devenido de semejante destrucción del ambiente.
La eterna incompetencia gubernamental resumida:
Futaleufú es un símbolo de la desidia patagónica que reinó y reina desde siempre: un recurso estratégico manejado con opacidad, mientras el turismo —el verdadero motor económico— se ahoga en promesas vacías. Si los gobiernos no actúan, Chubut seguirá perdiendo no solo energía, sino también su futuro.
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