En un golpe maestro totalmente inesperado para el Kremlin, Ucrania se introdujo en lo más profundo de Rusia mediante una operación magistral de inteligencia y destruyó más de 40 bombarderos imprescindibles para Rusia.
Ucrania demuestra su astucia militar con un golpe sin precedentes en territorio ruso
En una operación planificada durante más de un año y medio, Ucrania ejecutó el ataque más profundo y estratégico desde el inicio de la guerra, logrando destruir más de 40 aviones militares rusos en cinco bases aéreas dentro del corazón de Rusia. El golpe no solo representa una victoria táctica, sino que también expone con claridad la vulnerabilidad del Kremlin y la impresionante capacidad de inteligencia y logística de las fuerzas ucranianas.
Drones ocultos en containers modificados dentro de Rusia
Supervisada personalmente por el presidente Volodimir Zelensky, esta ofensiva con drones de corto alcance significó un mazazo directo al orgullo y a la infraestructura militar rusa. Según fuentes ucranianas, los vehículos aéreos no tripulados fueron introducidos en camiones con containers especialmente modificados a los que les habían construido espacios ocultos en los techos. Estos techos tenían compuertas móviles, activándose remotamente cuando alcanzaron posiciones estratégicas.

Una vez abiertos los techos automáticamente, más de un centenar de drones salieron al vuelo, dirigiéndose hacia bombarderos nucleares y otros aviones estratégicos rusos. En la siguiente imagen se puede ver a un drone despegando desde el techo corredizo oculto en la parte superior del container.

Los choferes de los camiones no tenían ni la más remota idea de lo que transportaban. La precisión del ataque y su sigilosa ejecución dejaron fuera de combate aeronaves clave como los bombarderos Tu-95 y Tu-22M, así como aviones de alerta temprana A-50, herramientas fundamentales para la ofensiva aérea rusa. Las siguientes imágenes corresponden a las cámaras de los drones que transmitían en tiempo real las explosiones de los aviones rusos.


Rusia no puede recuperar los aviones perdidos
Eran aviones con los que Rusia amenazaba al mundo entero por su poder de lanzamiento de armamento nuclear hacia cualquier punto del planeta. Pero los aviones más poderosos de Rusia no estaban en producción, se habían dejado de producir hace mucho tiempo y los rusos sólo se limitaron a actualizarlos. Rusia no tiene forma de volver a construir esos aviones, ya que desmanteló las fábricas que los producían. Rusia jamás imaginó que alguien pudiera destruirles esas armas tan temerosas.
La peor humillación para Rusia de toda su historia.
Los aviones estaban distribuidos en cinco aeropuertos ubicados estratégicamente en el interior del enorme territorio ruso, a miles de kilómetros de Ucrania. Ello los hacía estar en lugares totalmente «seguros», ya que, además de la distancia, estaban custodiados por los más modernos sistemas de radares y defensas antimisiles para proteger sus aviones.
Sin embargo, la magnífica operación ucraniana logró introducir de manera inesperada drones chinos muy baratos y sencillos cargados de explosivos suficientes, y dirigirlos a los tanques de combustible de los aviones para hacerlos volar en mil pedazos. No hubo sistema de defensa alguno que los pudiera detectar y los militares se quedaron perplejos filmando cómo los drones llegaban de sorpresa y hacían estallar uno por uno sus gigantes y temibles bombarderos.
El gobierno ucraniano orgulloso de su golpe maestro.
Las autoridades ucranianas estiman que los daños ocasionados ascienden a varios billones de dólares. Este número no solo habla de la magnitud física del daño, sino del costo simbólico y moral que representa para Moscú. Los aviones alcanzados en Irkutsk, Murmansk y otras regiones están situados a más de 4000 kilómetros del frente, lo que resalta la extraordinaria capacidad de planificación e infiltración de Ucrania, que logró llevar la guerra al corazón mismo de la Federación Rusa sin perder hombres en el proceso.
Rusia, por su parte, reconoció los ataques y trató de minimizar su impacto. Gobernadores locales hicieron llamados a la calma, mientras que canales proguerra como WarGonzo admitieron la sorpresa al ver drones ucranianos sobrevolando territorio siberiano por primera vez. La magnitud de la ofensiva generó incluso pánico entre la población rusa, que fue instada a no compartir imágenes ni datos sobre los sistemas de defensa aérea en redes sociales.
Este golpe demuestra que Ucrania no solo es capaz de resistir, sino también de contraatacar con una audacia que está redefiniendo las reglas del conflicto. En lugar de limitarse a una defensa reactiva, Kiev ha demostrado que puede pasar a la ofensiva estratégica, debilitando desde adentro la maquinaria militar rusa.
Más allá del daño material, este ataque representa un desafío directo al relato de invulnerabilidad que el Kremlin ha sostenido desde siempre. También deja claro que, pese a los esfuerzos rusos por blindar sus recursos militares, la astucia y la innovación táctica del ejército ucraniano continúan encontrando grietas por donde penetrar y asestar golpes quirúrgicos.
En un contexto en el que se avecinan nuevas conversaciones de paz, esta operación le otorga a Ucrania un nuevo peso en la mesa de negociaciones. No solo por lo que logró destruir, sino por el mensaje que envió al mundo: que incluso en una guerra asimétrica, la inteligencia, la creatividad y la valentía pueden inclinar la balanza.
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