Un nuevo derrame de combustible en el Parque Nacional Los Alerces despierta sospechas de sabotaje. El origen es incierto y abre múltiples hipótesis.
El hallazgo de una mancha oleosa en la zona de Puerto Chucao vuelve a encender alarmas sobre la fragilidad ambiental de uno de los parques más emblemáticos de la Patagonia. Lo llamativo es que el episodio ocurrió en un día en que la empresa concesionaria de los servicios lacustres no estaba operando, lo que alimenta con fuerza la posibilidad de que se trate de un sabotaje destinado a perjudicarla.
Lo concreto es que nadie fue sorprendido derramando combustible, ni se hallaron embarcaciones con pérdidas visibles. Tampoco se detectaron barriles ni pruebas directas que permitan identificar responsables. Sin embargo, la aparición repentina del derrame obliga a barajar distintas hipótesis, ninguna determinante ni concluyente.
Entre las líneas de investigación se mencionan posibles deficiencias en la infraestructura subterránea propiedad de Parques Nacionales—muy antigua y potencialmente filtrante—, infiltración de sectores que históricamente atentaron contra el desarrollo turístico en la región, como la minería; rivalidades comerciales, conflictos laborales, , tensiones en torno a concesiones de servicios, disputas internas dentro de la intendencia, e incluso, intereses de una asociación de guías que arrastra antecedentes de serias irregularidades e intereses en ese ámbito. Ninguna de estas hipótesis puede confirmarse, pero todas forman parte del abanico que los investigadores deberán considerar.
La investigación se encuentra en marcha con participación de Prefectura Naval y fuerzas federales especializadas en delitos ambientales. Lo paradójico es que, a pesar de la gravedad del hecho, no existe todavía una prueba irrefutable sobre la procedencia del combustible. Si bien hay una empresa que usa ese tipo de combustible, cualquier persona ajena a ésta pudo haber llevado un pequeño envase con combustible, arrojarlo intencionalmente, y éste se expande enormemente aún en pocas cantidades.
Lo cierto es que el Parque Nacional Los Alerces vuelve a quedar en el centro de la polémica. La mancha en el lago no solo amenaza la biodiversidad de la zona, sino que también revela un entramado de tensiones comerciales, políticas e institucionales que podrían estar detrás de un sabotaje cuidadosamente calculado.
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