Rusia rechazó la oferta del Vaticano de ser sede de negociaciones para poner fin a la guerra en Ucrania, a pesar del apoyo internacional a la idea. El secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, había ofrecido “eventualmente poner al Vaticano a disposición para una reunión directa” entre Ucrania y Rusia, ya que las conversaciones del 16 de mayo en Estambul entre ambos países terminaron después de apenas dos horas, con escasos resultados más allá de un intercambio mutuo de prisioneros. Sin embargo, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, descartó esa posibilidad al afirmar que su país “no tiene planes” sobre cuándo o dónde se realizará el próximo encuentro entre las dos naciones.
La situación de la invasión rusa en Ucrania se agrava día a día, con miles de muertes de soldados y muchos civiles. La «operación especial» de Putin que tomaría tan sólo tres días, ya lleva más de tres años, tras la feroz defensa por parte de las fuerzas armadas ucranianas, lo cual había sido subestimado por Putin.
El tirano ruso apunta sus misiles directamente a la población civil, impactando en edificios de viviendas, escuelas y hospitales, viéndose un escenario tan cruel como el de la segunda guerra mundial.
Ucrania depende de armamentos externos aportados por Europa y por EE.UU. pero la vuelta al poder de Trump congeló el aumento de armas esenciales para Ucrania, enviando sólo lo previamente acordado con el anterior presidente.
Trump decidió enemistarse con el mundo, rompiendo alianzas comerciales y provocando un caos internacional. En esos movimientos, toda Europa cayó en desgracia, incluyendo a la OTÁN, lo cual favorece enormemente al déspota ruso. La Unión Europea se reagrupa para ayudar a Ucrania.
A pesar del escenario desfavorable para Ucrania, su ejército sigue conteniendo el avance ruso, el cual es muy, pero muy lento, y casi no se corren las líneas de fuego desde hace tres años. Rusia entró en crisis con su ejército, que se creía el más poderoso del mundo y resultó en un fiasco.
Rusia está perdiendo decenas de miles de soldados forzados a pelear en una guerra en la que no quieren participar. Con una diferencia de 10 a 1 en cantidad de hombres respecto al ejército ucraniano, Ucrania va cediendo muy lentamente terreno para preservar la vida de sus soldados, pero causando una masacre en las filas rusas, ya que Putin ordenó seguir avanzando a pesar de las increíbles bajas, mandando al muere a sus soldados por su superioridad numérica.
Esta situación está causando fuerte enojo dentro de las mismas filas rusas y ello generó atentados dentro de la misma Rusia contra Putin y su equipo. En lo que va del año, hubo varios atentados en Moscú, con muerte de importantes figuras del ejército ruso; explotó una de las limusinas de Putin y recientemente estalló un departamento propiedad del kremlin en pleno centro de la capital rusa.
En ese contexto, los principales países del mundo apoyan un alto el fuego y una negociación de paz, pero Putin aún se niega a ello y pretende robarle más territorio a Ucrania aprovechando que Trump actúa más como su aliado que como un defensor de la democracia en el mundo.
El Vaticano se ofreció como sede para abordar acuerdos de paz, pero la medida fue rechazada por el kremlin.
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