Un destructor de 5.000 toneladas se volcó durante su lanzamiento inaugural, provocando la ira del líder norcoreano por el ridículo episodio y la pérdida multimillonaria del buque de guerra de última tecnología.
Un episodio digno de película cómica de bajo presupuesto
Corea del Norte — En un episodio que parece sacado de una sátira naval, Corea del Norte vivió un bochornoso percance durante la botadura de su segundo destructor de la clase Choe Hyon. El buque, de 5.000 toneladas y diseñado para ser un emblema del poderío marítimo del régimen, terminó parcialmente hundido tras un fallo técnico en su lanzamiento lateral en el puerto de Chongjin.
El incidente, presenciado por el propio Kim Jong-un, fue descrito por el líder como un “accidente grave y acto criminal causado por absoluta negligencia”. La embarcación se desequilibró cuando uno de los carros de botadura en la sección de popa se deslizó prematuramente, dejando la proa atrapada y dañando las secciones inferiores del casco .
Este revés representa un golpe significativo para los esfuerzos de modernización naval de Corea del Norte, que busca ampliar su capacidad de proyección marítima frente a las crecientes tensiones con Estados Unidos y sus aliados. El destructor siniestrado es parte de la clase Choe Hyon, la más avanzada del país, equipada con sistemas de lanzamiento vertical para misiles y tecnología de radar de última generación.
Analistas sugieren que la prisa por completar el buque y la inexperiencia del personal en manejar embarcaciones de tal envergadura contribuyeron al desastre. A pesar del contratiempo, Kim ha ordenado reparar el destructor antes de una importante reunión del Partido de los Trabajadores en junio, aunque expertos consideran que el plazo es poco realista e incluso, puede resultar imposible de reparar por las enormes pérdidas de los principales componentes en contacto con el agua salada.
Mientras tanto, el régimen continúa con sus pruebas de armamento, lanzando misiles de crucero desde la costa este horas después del incidente . La transparencia inusual del gobierno al admitir el fallo podría ser una estrategia de Kim para reforzar su imagen de líder exigente y comprometido con la modernización militar del país.
Este episodio subraya las dificultades que enfrenta Corea del Norte en su ambición de convertirse en una potencia naval, y plantea dudas sobre la viabilidad de sus proyectos militares en medio de sanciones internacionales y limitaciones tecnológicas.
Deja una respuesta