ESPERANCE, Australia Occidental. – Una botella de gaseosa, arrojada al mar desde un barco de tropas en 1916, ha emergido del pasado como una cápsula del tiempo perfectamente conservada. En su interior, dos cartas escritas por soldados australianos durante su travesía a los campos de batalla de Europa en la Primera Guerra Mundial han sido descubiertas, conmocionando a sus familias y arrojando nueva luz sobre una historia humana centenaria.
El increíble hallazgo se produjo durante una rutinaria jornada de limpieza en la remota Wharton Beach, cerca de Esperance. La familia Brown, dedicada a la preservación del medio ambiente, encontró entre los residuos una botella de Schweppes que contenía un tesoro histórico: misivas escritas a lápiz y fechadas el 15 de agosto de 1916.
«Limpiamos la playa y nunca pasamos por alto ningún desecho. Esta pequeña botella estaba allí, esperando ser recogida», relató Deb Brown, quien logró notificar a los descendientes de los soldados gracias al excelente estado de conservación de los documentos.
Los autores de las cartas fueron Malcolm Neville, de 27 años, y William Harley, de 37, ambos miembros del 48º Batallón de Infantería Australiano. En aquel entonces, se encontraban a bordo del transporte HMAT A70 Ballarat, que había zarpado de Adelaide con rumbo a Francia.
Mensajes de Esperanza en Medio del Conflicto
El contenido de las cartas revela destellos de la vida a bordo y el estado de ánimo de los soldados. Neville, quien moriría en combate un año después, dirigió un emotivo mensaje a su madre, Robertina Neville, pidiendo a quien encontrara la botella que se la hiciera llegar.
«Estoy pasando un muy buen momento, la comida es realmente buena hasta ahora», escribió Neville con un tono optimista, añadiendo: «El barco se bambolea y rueda, pero estamos tan felices como Larry», usando una expresión australiana de la época para denotar alegría desbordante.
Por su parte, William Harley, quien sobreviviría a la guerra aunque con heridas que luego afectarían su salud, escribió: «Que quien encuentre esto, se encuentre tan bien como nosotros en este momento». Ambos soldados ubicaron su posición como «en algún lugar del mar» y «en algún lugar del Bight», en referencia al Gran Golfo Australiano.
El Misterio de una Travesía Centenaria Resuelto
Contrario a lo que podría pensarse, la botella probablemente no cruzó océanos durante un siglo. La hipótesis principal es que permaneció enterrada en las dunas de la playa, protegida de los elementos, hasta que recientes erosiones costeras la dejaron al descubierto.
«El cristal es grueso y claro. No tiene señales de erosión marina. Si hubiera estado a la intemperie todo este tiempo, el papel se habría desintegrado», explicó Brown. Este estado de conservación excepcional permitió que la tinta a lápiz se mantuviera legible, haciendo posible el reencuentro con la historia familiar.
Un Legado que Trasciende el Tiempo
La noticia del descubrimiento conmovió profundamente a los descendientes de los soldados. Ann Turner, nieta de William Harley, declaró: «Estamos absolutamente asombrados. Realmente parece un milagro y sentimos que nuestro abuelo se ha comunicado con nosotros desde la tumba».
Herbie Neville, sobrino nieto de Malcolm Neville, expresó con orgullo y tristeza: «Esta increíble noticia nos ha unido como familia. Parece que él estaba ilusionado por ir a la guerra, pero es devastador que haya perdido la vida. Qué hombre fue él».
Este hallazgo fortuito no solo rescata del olvido las voces de dos hombres comunes atrapados en un conflicto global, sino que también sirve como un poderoso recordatorio de los lazos que nos unen con el pasado y la importancia de preservar nuestra historia compartida.




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