Riñon de cerdo modificado para humanos

Argentina da un paso clave en xenotrasplantes: crean riñón de cerdo compatible con humanos

Científicos argentinos lograron que un riñón de cerdo modificado resista el rechazo inmunológico humano, abriendo el camino al xenotrasplante pediátrico.

El futuro de los trasplantes podría nacer en un chiquero argentino

En un laboratorio del INPA, nació algo más que un cerdo: nació una esperanza. Por primera vez en América Latina, un órgano porcino genéticamente modificado logró resistir el rechazo hiperagudo al ser perfundido con sangre humana. No es ciencia ficción, es biotecnología de vanguardia desarrollada en la Argentina por investigadores que decidieron enfrentar uno de los mayores dramas del sistema de salud: la escasez de órganos para trasplante.

El experimento fue realizado con sangre humana fresca, anticoagulada y a temperatura corporal, bajo condiciones controladas. El riñón no colapsó. Produjo orina, mantuvo su estructura y no mostró signos de trombosis inmediata. Un resultado modesto, quizás, pero con un impacto potencial monumental: significa que es técnicamente posible crear órganos animales compatibles con el cuerpo humano.

El objetivo es claro y urgente: salvar vidas. Particularmente, las vidas de niñas y niños que aguardan durante años —demasiadas veces en vano— un riñón que nunca llega. En un país donde más de 160 menores esperan por un trasplante, esta alternativa representa una posible revolución sanitaria. Porque no se trata solo de ciencia, se trata de justicia.

Los avances técnicos son notables. Mediante edición génica CRISPR-Cas9, los investigadores lograron desactivar el gen GGTA1, principal responsable del rechazo inmunológico inmediato. También manipularon el gen del receptor de la hormona de crecimiento (GHR), logrando cerdos de menor tamaño y potencialmente más saludables. Cada modificación genética apunta a un objetivo: acercar lo imposible al quirófano.

Pero lo más significativo de este logro es que ocurrió en Argentina. En un sistema científico constantemente jaqueado por la falta de recursos, la fuga de cerebros y el desinterés político, este avance es una declaración de principios: aún se puede innovar, aún se puede liderar. Y aún se puede imaginar un país donde la biotecnología no sea solo un titular, sino política de Estado.

¿Hay riesgos? Por supuesto. La posibilidad de infecciones zoonóticas, los dilemas éticos, el consentimiento informado, el bienestar animal, todo eso debe ser discutido. Pero no debe ser excusa para paralizar una línea de investigación que ya demostró resultados. En Estados Unidos, un corazón porcino mantuvo con vida a un paciente durante 60 días. En Argentina, un riñón filtró sangre humana sin ser destruido. El futuro está en marcha.

Ahora es momento de consolidar, ampliar, conectar. Conseguir inversión privada, apoyo estatal y articulación con centros internacionales de excelencia. Porque este no puede ser un experimento aislado. Debe ser el primer paso de una política científica que entienda que la salud no espera.

El xenotrasplante no es solo una promesa médica: es una oportunidad para que Argentina lidere en un terreno donde el conocimiento salva vidas. Que un cerdo pueda convertirse en esperanza no es un capricho de laboratorio. Es una necesidad urgente. Y una decisión política.


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